Sunday, December 25, 2005

¿NIÑOS EXCLUIDOS?

Mildred Legrá Colón/ ¡Ahora!
Termina el 2005 sin que la situación de la infancia en el mundo mejore. Cada vez son más los que son explotados por el trabajo y el sexo. Cada vez aumenta el número de los excluidos sin el elemental derecho a la educación y a la salud.
Continúa siendo triste el panorama a pesar de todas las voces que se inclinan por llamar la atención sobre un asunto intolerable para los pueblos dignos.
Baste decir que 246 millones de infantes en América Latina están obligados a trabajar para llevar el sustento a la familia. Sucede que en muchos hogares de bajos recursos económicos prefieren los hijos en las calles, buscando el pan de cada día para poder subsistir en detrimento del tiempo para el estudio y la recreación infantil.
La pobreza impone a los padres un desafío desigual, tremendo ante el hambre. Las cifras presuponen la desdicha. Unos 73 millones menores de diez años laboran en condiciones peligrosas, entre ellos con químicas y pesticidas en la Agricultura, con tecnologías difíciles o en minas, exponiéndose a sufrir lesiones de alto riesgo, que conllevan, en ocasiones, a la mutación o la muerte que los acecha en cualquier lugar donde el trabajo no es para ellos.
Son conmovedores los datos sobre los que obtienen dinero a cambio de sexo. Ocho millones de niños en el mundo están expuestos a la explotación sexual comercial. Sin ningún espanto hay quienes los someten a actos de violencia física y sexual o a la esclavitud de la servidumbre, en edades cuando debían estar en un aula de estudio.
Por ejemplo en Estados Unidos un país con un alto nivel de desarrollo, unos 400 mil infantes son victimas del aprovechamiento del sexo, pero comprende a México, Costa Rica, Brasil, Puerto Rico y otros países de América Latina. También los más ricos están cayendo en tales aberraciones.
Pero no solo se trata de los explotados por el trabajo o la sexualidad. La UNICEF hace apenas unos días reconoció como invisibles a los pequeños que viven sin protección ante cualquier tipo de actos premeditados de violencia.
Esos niños existen, están ahí, y constan con independencia de las sociedades que miran con indiferencia cómo millones de ellos están excluidos de servicios tan básicos con la educación y la salud.
Más todavía. La información de ese organismo de la ONU confirmó el hecho alarmante de cómo el 55 por ciento de los nacimientos ocurridos en el mundo, con excepción de China y Cuba, no se inscriben en los registros legales.
Constituye una degradación social que 50 millones de recién nacidos crecen en hogares muy pobres sin ninguna identidad. Solo el nombre los distingue desde la cuna, si es que la tienen.
Indiscutiblemente las cifras son frías, asombrosas y escalofriantes, pero es una realidad que ningún gobierno puede mirar de soslayo. Los excluidos son los niños. Los invisibles no son perros de la calle....

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